viernes, 21 de febrero de 2014

"NAVARRA", CUESTIÓN DE ESTADO

Si alguna vez, a lo largo de la historia, ha existido algo asimilable a un estado vasco, este ha sido el  viejo Reino de Pamplona, posteriormente llamado de Navarra. Una entidad política independiente -reyes-, cuyas élites políticas eran vascas -dinastías Arista y Jimena-, con un sustrato social indiscutiblemente vascón y vascoparlante, además de territorialmente extendido -con variaciones según las épocas- sobre todo lo que hoy son las comunidades autónomas de Navarra y Euskadi y la práctica totalidad de Iparralde. Lo que pasó después está en los libros de historia. 

En 1931 los municipios vascos, reunidos en Estella (Lizarra), e incluídos la gran mayoría de ayuntamientos navarros, aprobaban el Estatuto de Estella (Estatuto General del Estado Vasco), el cual incluía una única entidad política para los 4 territorios de hegoalde.  Y el 10 de agosto, reunidos a parte en Iruña únicamente los municipios navarros, un 89'33% de los mismos votaban a favor de un estatuto único que englobara a Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.  Por cierto, esa entidad política llevaría por nombre Euzkadi. Algo pues, hubo y se mantuvo. 

Algo hubo y se mantuvo, y algo hay. Algo debe haber cuando cualquier atisbo de un cambio en el equilibrio político navarro enciende las alarmas y es convertido en cuestión de estado. Algo debe haber cuando asusta tanto que "lo vasco" pueda tener ascendente en la comunidad foral.

Hoy, y a juzgar por lo que podemos leer, algunos han acabado por descubrir que sí, que los navarros también son vascos. Igual que los vizcaínos, alaveses o guipuzcoanos. Pueden ser, y de hecho son y siempre que parta de su libre voluntad es algo completamente respetable, una entidad político-jurídica diferente, pero vascos al fin y al cabo. Es una pena, sin embargo, que ese descubrimiento lo hayan subordinado a mezclar en un mismo encabezado la, digamos desafortunada, interrelación "EL NUEVO ESCENARIO VASCO: LA SITUACIÓN EN NAVARRA" y el anagrama de ETA.



Atribuyen a Julio César el proverbio "Divide et impera" (divide y vencerás). Sea de quien sea, ha sido y es una de las estrategias más usadas a lo largo de la historia. El nacionalismo español, que como las meigas haberlas haylas y además yo sí que los he visto, ha utilizado esa estrategia con bastante habilidad -y las actitudes de ETA y la IA no han ayudado mucho-. Y en ello siguen. Si la CAV y Navarra ya son por separado dos de las comunidades que siempre copan los rankings del estado, imaginémonoslas yendo de la mano. 

En el fondo, todo vale si es para mantener la españolidad en lo alto del mástil. Da igual lo que haya hecho Barcina. Da igual  los casos de supuesta corrupción que salpiquen continuamente a UPN. Emulando a aquel "España, antes roja que rota", para el nacionalismo español "Navarra, antes corrupta que vasca". Y como con el lobo o el hombre del saco, advierten que vienen los "vascos" y viene "la ETA". En el fondo, Navarra no deja de ser un símbolo para el españolismo, otra versión del "domuit vascones" (dominó a los vascones).

En un estado que tuviera interiorizados verdaderamente los conceptos democracia y libertad, sería un escándalo una campaña como la que están orquestando ciertos sectores políticos y mediáticos. Todos, Geroa Bai, PSN, Bildu, IU, etc., todos están confabulados para apartar a UPN del poder y entregar las llaves del Reino a ETA. Manipular los datos, la información y la realidad como lo está haciendo El Mundo -y no es el único-, es la versión periodística de la política upn-popular. Algo lamentable, dirigido a condicionar la voluntad de los navarros, que no hace más que definir a quién lo esgrime.

Nafarroaren geroa, bai, nafarren eskubidea. 

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