“
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Con
esta estrofa de una canción de Serrat nos introduce Manu Álvarez su
artículo de hoy lunes en El Correo. Una estrofa que, según él, ilustra la “
realidad” de la que se acaba de
apercibir el Lehendakari Urkullu. Lo cierto es que bien se podría resumir el
artículo en cuestión con otra estrofa de Serrat: “
Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una
mentira más gente la creerá”. Y es que parte el artículo de dos
aseveraciones del autor que, cuando menos, no se adecuan a la realidad. Y puestos a parafrasear a Marx, lo mismo podía haber dicho
¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?
Por un lado, dice que Urkullu,
siendo primero presidente del EBB y después candidato a Lehendakari por el PNV,
dijo que la deuda era algo así como el mal encarnado. No es que recoja palabras
de Urkullu donde se afirme algo ni remotamente parecido, entre otras cosas
porque no las hay, lo que hace es aseverar que Urkullu, Ibarretxe o
Gatxagaetxebarria así “nos lo habían
transmitido de forma insistente”. Insistente y sobre todo imaginaria,
añadiría yo.
P.- Lo que no es muy discutible es que en cualquier caso en esa
situación de caída de recaudación y manteniendo los servicios públicos, algo de
deuda tendría que adquirir el Gobierno.
R.- Sí. Pero no deuda para gasto
corriente. Si esto es lo que hemos denunciado desde el PNV. Ha habido un
incremento de la deuda multiplicado por ocho, la estimación es que sea
multiplicado por diez. La preocupación
del PNV no es solamente el incremento de deuda en esa magnitud sino a qué ha
ido aplicada esa generación de deuda. Si hubiera sido para inversión, pero
es que hemos tenido tres ejercicios presupuestarios en este Gobierno del
Partido Socialista con el PP con una media de decremento de decrecimiento o de
minorización en lo que es el 11% en las partidas de inversión y hubiéramos entendido que hubiera habido un
esfuerzo con incluso un compromiso de deuda si hubiera sido que se haya
impulsado la inversión, pero es que ha ido a gasto corriente.
Deuda sí. Ilimitada no. Para inversión sí. Para gasto corriente no. Son "detallitos" que para Manu Álvarez o bien no tienen importancia o bien han pasado desapercibidos ante su inquisitiva sabiduría periodístico-económica.
Por otro lado, advierte al
Lehendakari de que se va a volver contra él el “boomerang” que lanzó contra
Patxi López cuando acusó a este de que había batido records de endeudamiento.
Aquí, lo cierto es que no miente. No del todo, al menos. Tan solo cuenta la
mitad de la verdad. Efectivamente, la deuda acumulada será mayor este año que
el pasado, y será así simple y llanamente porque ocurre exactamente lo que
ya advertía el ahora Lehendakari Urkullu: el desbocado endeudamiento del Gobierno
del PSE, apoyado por el PP, fundamentalmente dirigido a gasto corriente en
detrimento de la inversión ha hipotecado el futuro. Vamos, que de aquellos
barros estos lodos y la deuda que Patxi López multiplicó por 10 tiene que
gestionarla ahora Urkullu.
En fin, desde dónde y desde El Correo diciéndole al Lehendakari Urkullu que la deuda es una realidad y que ha de asumir bailar con ella. Supongo que para dar palos todo vale, incluso desdecirse y dejar de dar coba al PP de los recortes para meterse un poco con los malos nacionalistas vascos.