domingo, 11 de noviembre de 2012

TRES LEHENDAKARIS Y MEDIO. AHORA, A POR EL CUARTO


Cuando Carlos Garaikoetxea llegó, como candidato del PNV, a la Lehendakaritza, recibía un país totalmente por construir. Su gobierno tuvo que tejer las instituciones vascas, desarrollando el recién aprobado Estatuto de Autonomía. Cuando se fue, aquel primer gobierno jeltzale había creado y puesto en funcionamiento Osakidetza, la Ertzaintza o EiTB por ejemplo. Y también, por supuesto, se aprobó y puso en funcionamiento el Concierto Económico. Fue pues, sin duda, un período trascendental en la historia de la CAV y de todos los vascos. Se crearon las bases sobre las que se ha construido la prosperidad de este pueblo.

Jose Antonio Ardanza fue Lehendakari de 1985 a 1999. Con él continuó el desarrollo del autogobierno, afrontando, por ejemplo, el despliegue de la Ertzaintza. Tuvo que hacer frente a una reconversión industrial total y la profunda crisis económica del 93, con un paro estatal que alcanzó casi el 25%. Aún así, llevó adelante proyectos tan icónicos e incostestados hoy en día como el Metro de Bilbao o el Museo Guggenheim. Lo cierto es que, a pesar de la crisis y gracias a la reconversión, se dio un  nuevo rumbo a Euskadi, y cuando dejó la Lehendakaritza el PIB per cápita de Euskadi se había prácticamente triplicado, lo mismo que las exportaciones. Además, durante aquella época se sufrió lo más duro del terrorismo, ante lo que Ardanza lideró la unión de todos los partidos democráticos para hacer frente a la violencia.

Juan José Ibarretxe fue Lehendakari de 1999 a 2009. La reconversión continuó y se afianzó bajo su mandato. Las políticas de igualdad que se desarrollaron fueron las más avanzadas del estado e, igualmente, fijó las pensiones más altas y la CAV alcanzó el estado del bienestar más desarrollado nunca visto a este lado de los Pirineos. Se duplicaron las exportaciones y se dobló el PIB per cápita alcanzando cifras de record y acercando a Euskadi al nivel de los países más avanzados de Europa. Es más, todo ello se alcanzó con un coeficiente GINI (distribución de la riqueza) al nivel de los países nórdicos y más punteros. Ibarretxe dio a la innovación un impulso gigante, multiplicándose por 8 la inversión en este capítulo entre el principio y el fin de su mandato, convirtiendo a Euskadi en un ejemplo. Y luchó por el autogobierno hasta el punto de llevar a Madrid una propuesta de nuevo estatuto que antes consiguió aprobar en el Parlamento Vasco; un nuevo estatuto que nos hubiera colocado en una situación que, quien sabe, igual nos hubiera librado de ser arrastrados así por el derrumbe de España.

Y luego llegó, sin ganar las elecciones ni en votos ni en escaños y rompiendo su primera promesa de no ser lehendakari con los votos del PP, Francisco Álvarez López. Patxi López. ¿Y que ha hecho? Ha multiplicado por lo indecible la deuda, hipotecando el futuro de todos los vascos. Cierto que ETA ha anunciado su fin, pero fue más gracias a iniciativas como la de Aiete (donde él no estuvo) y que le pilló, de traspiés, viajando en un tren en los EEUU. Respecto a datos económicos, el PIB per cápita es menor al de hace 4 años. El índice GINI antes mencionado también es menor (es decir, que han aumentado las desigualdades). El paro se ha disparado. Y el comercio exterior es igual que el de hace 4 años. Los desahucios, tristemente tan de moda ahora, han seguido igual, sólo cuando se va se entera del drama que suponen. Ha ligado la imagen comercial y turística de Euskadi a la de España, con el evidente daño que eso supone en estos momentos. Bueno es que esta legislatura se haya desarrollado el statuto con la transferencia de nuevas competencias, algunas de ellas transcendentales, pero incluso esto se le escapó a Patxi y vino de la mano del PNV. 

Y ahora le llega el turno a otro Lehendakari. Previsiblemente, si no hay grandes sorpresas, a Iñigo Urkullu. Coge las riendas en una situación francamente difícil, con mucho trabajo por hacer y con muchas esperanzas puestas en él. Garaiko, Ardanza, Ibarretxe, ... el nivel está muy alto. Espero, creo, que cumplirá con creces.

Cuando se discute sobre los derechos que corresponden a los Lehendakari ohiak (un Lehendakari siempre lo será) una vez finalizado su mandato, como pueden ser tener una secretaria, seguridad o un complemente de pensión una vez jubilados, pensamos en el último Lehendakari que hemos sufrido y creemos que puede ser injusto. Pero es una excepción, otros cumplieron su deber con creces, recibieron una herencia y la fortalecieron, entregaron un país mejor que el que encontraron. Trabajaron seriamente. Se merecen el reconocimiento. Esperamos que dentro de unos años podamos decir que Urkullu también se lo ganó, sobrádamente, y que estos tres años no fueron más que un impasse necesario para poder comparar modelos y romper mitos.


1 comentario:

Eskerrik asko parte hartzeagatik.